La modista española Elena Benarroch ha dicho en alguna ocasión que "cuando alguien viste bien, te fijas en lo que dice; cuando viste mal, no te fijas en otra cosa". Algo muy parecido sucede con la ortografía. No hay peor carta de presentación que una hache ausente, una be donde deberíamos encontrar una uve o una jota donde debería haber una ge: a menos que uno sea Juan Ramón Jiménez, que sólo escribía con jotas, la licencia no está permitida.
Es, entonces, fundamental escribir cuidando la ortografía, ya sea para un informe laboral, el currículo, un correo electrónico informal o una carta de amor: igual que no salimos a la calle en pijama, debemos presentar a las palabras duchadas, repeinadas, con todo en su sitio. Y con las reglas ortográficas aplicadas pertinentemente.
Para ayudar en tan ardua tarea, puedes consultar algunos de los errores más frecuentes, así como su corrección. Valga por delante que obviamos uno de los, sin duda, más habituales errores que se cometen: la ausencia o el exceso de tildes. Si no se quieren aprender las reglas de acentuación en español, acaso lo mejor que puede uno hacer para poner las tildes donde debe es leer mucho.
Marta Jiménez Serrano, El confidencial.
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